Es clave saber de qué se trata este proceso y cuál es la importancia de llevarlo a cabo. Sobre todo, a partir de los nuevos contextos donde todas las empresas se encuentran replanteando qué cambios necesitan para adaptarse a las nuevas realidades.
Profesionalizar una Pyme no solo implica el desafío de enfrentar los temores que surgen en todo proceso de cambio, sino también enfrentar las resistencias que se encuentran en toda la organización, comenzando por sus dueños.
Veamos algunas de las resistencias frecuentes:
“Voy a perder el control de mi empresa”.
“Llegamos hasta acá haciendo las cosas así, ¿para qué cambiar? “.
“Tan mal no me fue”.
“No quiero llenarme de gerentes que hagan lo que ellos quieran”.
“Si meto profesionales en mi empresa, voy a perder la relación que tengo con mis clientes”.
“Me contaron que, en una empresa familiar metieron un gerente y ahora está peor que antes”.
“No quiero que mi empresa pierda su identidad, nos conocen por el trato cercano que tenemos con todos”.
A estas resistencias se suman historias que se escuchan de empresas que no arribaron a buen puerto, luego de “llenarse de gerentes” que solo pudieron agregar parches a una rueda lisa.
Pongamos luz sobre el tema y consideremos ciertos aspectos importantes:
• Las Pymes, familiares o no, fundadas por el sueño de una generación que ha puesto su vida para lograrlo tienen su ciclo de crecimiento, y llega un momento en el que se requieren cambios internos para que el crecimiento no se frene. Si, Por el contrario, se pretende sostener una misma forma de hacer las cosas como si el mundo se mantuviera igual, el sueño originario puede convertirse en una pesadilla.
• La profesionalización consiste en un proceso que implica pensar la organización y la gestión de la empresa de una manera diferente, para poder establecer los cambios necesarios para la continuidad.
• En este proceso deberán tomarse en cuenta los siguientes aspectos:
a) Un nuevo estilo de gestión de la organización: los dueños deben cambiar su rol de líderes operativos a líderes estratégicos.
b) Consecuentemente es necesario reasignar las funciones en la organización.
c) Es fundamental que el sistema de toma de decisiones se base en la información y no exclusivamente en el olfato del fundador.
d) Resulta imprescindible realizar cambios en la estructura organizativa, para la delegación de tareas y la gestión del personal.
e) En consecuencia, con los cambios mencionados, se podrá incorporar nuevos métodos de control del funcionamiento total de la empresa.
El proceso de profesionalización, nada tiene que ver, con despersonalizar a la empresa, porque ello significaría quitar su identidad virtuosa de buenas relaciones con los clientes y cercanía con sus empleados.
Por el contrario, la importancia de este proceso está dada por las mejoras en la organización: en los procedimientos, en los sistemas, en los liderazgos, en la motivación del personal, en la productividad, en la información, de manera tal que mantenga su identidad, pero también se adapte a un mundo que ya ha cambiado.
Carina Vázquez
Licenciada en Administración. Profesora UBA y UNLaM. Consultora en CAPS empresa y familia consultores